Más fuerza en los 60, la moda de los centros comerciales procedente de América del Norte llegó a otros continentes, entre ellos a Suramérica. Las aglomeraciones de comercio al por menor evocaban una larga tradición en los pasajes y galerías.
Sin embargo, los primeros almacenes por departamentos aparecieron en Bogotá en los años 40, cerca de las nuevas urbanizaciones del que en ese entonces era el norte.
En los 50 aparecieron los primeros supermercados, introducidos al país por las tradicionales cadenas de comercio al por menor, especialmente Tía, Ley y Carulla, que abrió su primer supermercado en la calle 57 con carrera 21, en Bogotá.
La historia recuerda las aperturas del centro comercial Oviedo, en Medellín, y de Unicentro, en Bogotá, como los primeros de características internacionales. De ahí en adelante el desarrollo ha sido tal que hace tres años, en pleno auge de este mercado en el país, la Federación Nacional de Comercialtes (Fenalco) advirtió que cada 23 días se abría un centro comercial en Colombia.
La amenaza de sobreoferta fue comentario en los corrillos, pero los hechos comprobaron que las ciudades necesitaban más de estos establecimientos. Hacia el futuro, la apuesta es llegar, también, a ciudades intermedias.
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